PRESENCIA

 


Estos días el sentimiento de tristeza lo invade todo. Tengo el corazón tan encogido que apenas siento su latir. Me ahoga un gran vacío después de tu partida y me resulta difícil encontrar algo con lo que lo pueda rellenar. Me imagino que todas estas sensaciones se irán atenuando día a día, tendrá que pasar el tiempo y poco a poco me iré recomponiendo. Sin embargo, en medio de este maremágnum de turbulentos sentimientos estoy percibiendo algo que me resulta, en principio, difícil de describir. Son instantes impregnados de una calma infinita.

El otro día me desperté bastante temprano y al correr las cortinas vi, a través de la ventana, un cervatillo en el jardín tranquilamente comiendo hierba. De forma inesperada levantó la cabeza y nos cruzamos las miradas. Fueron apenas unos segundos, pero esa inocencia, limpia y transparente, me transmitió un inmenso sosiego.

A menudo salgo a tender la ropa al jardín, pero llevo ya unos días que, al realizar este acto tan cotidiano, me rodean unas mariposas blancas que revolotean jugando de forma alocada y descontrolada. Parece mentira, pero este inofensivo juego de las hadas del bosque me abraza cálidamente y me reconforta.

En mi trayecto al trabajo por las carreteras sinuosas a través de bosques y lagos, en medio del camino puedo ver la sombra del esparbel que su majestuoso vuelo proyecta como si me escoltara. Lo que siento entonces es una enérgica transfusión de fortaleza y valor para seguir avanzando en medio de la adversidad.

En todos estos breves y sencillos momentos ―en la calmada mirada del cervatillo, en el cálido abrazo de las mariposas o en el magnetismo del vuelo del esparbel― siento una paz indefinida que me hace sonreír de forma muy reconfortante. Y es entonces cuando es inevitable pensar que, en todos estos incontables segundos, estás conmigo. La fuerza de la naturaleza es sanadora, atempera mi dolor y te siento muy cerca. De esta forma comprendo que tu ausencia es solo física. Tu cuerpo ya no está, pero tu esencia, tu aura, continúa a mi lado y así será para siempre.


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